Que me encanta cómo me sonríe por las mañanas, cómo me mira, y cómo huele su cuello. Que aunque me queje, me encanta que se haga el duro cuando le pico y que intente hacerme creer que él puede con todo. Que me encanta su voz normal, gritando, susurrando y hasta por las mañanas. Que adoro cómo le queda toda la ropa, y que sigue igual de guapo incluso sin arreglarse. Si me pasa algo, por favor, dile que me perdone porque no he estado en el momento en que él más lo ha necesitado...